viernes, 13 de agosto de 2010

Lo que el Dedo de Dios Fijó en la Tierra

Convergencias Poderosas



INTRODUCCIÓN:

Al padre Mario Rojas Sánchez correspondió la intuición conducente al descubrimiento de la Virgen de Guadalupe en las constelaciones; intuición formidablemente desarrollada por el doctor Homero Hernández Illescas. Lo realizado por ambos se encuentra publicado en dos obras complementarias que ya vimos, y con fundamento en ellas escribí la primera parte de "Lo que el Dedo de Dios Escribió" 'La Virgen y las Constelaciones'.

Mis propios descubrimientos son tan diferentes que, mientras ellos miraban al cielo, hacia arriba, yo miraba hacia abajo, hacia la tierra. Ver la geografía terrestre como quien observa un mapa es parte complementaria para integrar la visión completa de "Lo que el Dedo de Dios Escribió". Pero ver de arriba hacia abajo no se limitaba a ver la geografía en sus configuraciones, sino a verla como el gran escenario de la historia; y la posibilidad de integrar la historia entera como historia de la redención.

Dicho esto, resulta obvio que la Sagrada Escritura, lo que llamamos la Biblia, resulto ser la guía indispensable para integrar todo el conjunto, y me lleva a otra afirmación esencial: Sería un malagradecido de no reconocer que, si hasta lo ínfimo de mi vida lo debo todo a Dios y a su santísima Madre, no reconociera que toda luz proviene exclusivamente de Dios. Es su luz la que nos guía, y sin ella no podríamos descubrirnos ni las narices en el espejo.

PRIMERO LA SAGRADA ESCRITURA

Uno de mis descubrimientos fue que la Biblia misma nos da una forma de exégesis que le es propia. Los nombres son la guía de las miras y de la voluntad divina. Son tan importantes los nombres que cuando Dios cambia un nombre señala, y cambia con él un derrotero de la historia. Así, Abram recibe de Dios el nuevo 'Abraham' que significa 'padre de muchos pueblos'. Pero no se contenta Dios con cambiar el nombre a Abram, sino que igualmente se lo cambia a Sarai, su mujer que en adelante será Sara. A Jacob le cambia el nombre por Israel, "el que lucha con Dios"; y en esta breve lista nada exhaustiva damos el salto a Simón que recibé del Señor el nombre de Pedro. Muy bien, pero, ¿qué sigue? ¿Acaso no es el resto de la historia igualmente obra de la voluntad divina? ¿Hay alguna razón para suponer que tan clara cuanto milenaria ruta va a ser abandonada, y lo que es peor, sin aviso ni razón alguna?

EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA

Después del nacimiento del nacimiento de Cristo, no hay fecha más señera que el descubrimiento de América, fundamental a las apariciones de Santa María de Guadalupe de México, y el año de 1492 veremos repetirse la guía de los nombres por medio de la cual Dios nos señala su presencia. Dios nos dice "Soy el mismo que cambió el nombre de Abram por Abraham para señalar al patriarca; Soy el mismo que cambió el nombre de Simón a Pedro para fundar mi Iglesia; y ahora Soy el mismo que fija los nombres para señalar un continente dedicado a Mi Madre desde la eternidad.


Tres naves y un solo viaje como son Tres las divinas personas del Único Dios. “Pinta la Niña Santa María” es la única frase que se compone con el nombre de las tres, profecía irrebatible marcada en la historia universal. Ha cambiado el nombre de la nave mayor de "Marigalante" convirtiéndolo en La Santa María, y la frase apunta al Tepeyac en la que el mismo Dios dará al hombre por medio de México la imagen sobrenatural de la Virgen.

Cristóforo Colombo es su nombre, su fama en España la debía también a una adoración marcadísima a La Santísima Trinidad. Cristóforo o Portador de Cristo, Colombo o palomo; el símbolo del Espíritu Santo para la evangelización de un continente. El conjunto: “La Única Expedición Trinitaria para pintar a la Niña, o Virgen Santa María, dirigida por el Portador de Cristo a través de las aguas al impulso del Espíritu Santo”, y después de ser pintada por los predicadores en las almas de los indios, se pintó ella misma de manera milagrosa en el ayate de Juan Diego.

Después de la Anunciación narrada por San Lucas, está la nueva Anunciación de María que será Reina del Continente en la clave del descubrimiento de América. Pero no terminan aquí las sorpresas. Una de las naves se iba a quedar en América, precisamente la Santa María: Al filo de las 12 de la noche, entre Nochebuena y Navidad de ese año de 1492, una ráfaga providencial tomó a la Santa María, la mayor de las tres, y la metió en la playa. Santa María elegía quedarse en América, y el naufragio daría lugar al primer asentamiento cristiano en América, se llamó “Villa de la Navidad”. Este fue el nombre de la primera población cristiana del Continente en la Española, nombre que dio Colón a la isla, en el norte de lo que hoy es Haití. España, La Española, Nueva España... El viaje comienza en Puerto de Palos con Colón. Con Hernán Cortés la Conquista tendría principio en Veracruz. ¡De puros palos a la verdadera Cruz! Y sobre el ciclo España, La Española, Nueva España; la Colonia en esta última duraría exactamente tres siglos, de 1521 a 1821; el signo de la Trinidad en la unidad anunciada en el viaje mismo del descubrimiento.

Rodrigo de Triana es el elegido por el destino, el primero en avistar tierra: Tri-Ana, tres veces Ana, el nombre de la abuelita de Jesús y madre de Nuestra Señora de Guadalupe no podía quedar fuera de la escena aquel 12 de octubre, como fueron 12 las tribus de Israel, y doce los apóstoles, para festejarla el 12 de diciembre.

Siendo Dios trinitario, trinitario es su sello, y el tema es inagotable. Trinitario para dar un mentís a los monoteístas unitarios y a su fobia veterotestamentaria a las imágenes por su falta de discernimiento entre imágenes profanas o idolátricas e imágenes sagradas.
Y las imágenes sagradas provendrán del mismo cielo con un nuevo enlace providencial. El calendario Juliano, llamado así por Julio César, el invicto general y emperador romano que lo implantó 45 años antes de Cristo habría de enlazar la Sábana Santa con la imagen de Santa María de Guadalupe del 12 de diciembre de 1531. Las iniciales de Julio Cesar, JC, son las mismas que las de Jesús Cristo. Y el Calendario Juliano desaparecería con la implantación del Calendario Gregoriano por el papa Gregorio XIII en 1586. ¡Un calendario único y harto significativo para enlazar las dos únicas imagenes de origen divino! Y una vez enlazadas, ¡hasta el mismo calendario destinado para unirlas, cae!—De esta manera inicia la que habrá de ser devoción Guadalupana enviando la escultura tallada por San Lucas a España, y, una vez enlazadas las dos imágenes por el mismo calendario, el papa Gregorio IGregorio XIII clausuraría el calendario que las enlazaba. Dos Gregorios, y XIII (13), es el número clave del Calendario Azteca.

En verdad que la guía de los nombres revela a Aquel que todo lo rige. Jesucristo, Rey Supremo de la Historia, Rey del Universo, se hace presente para honrar a Su Madre.

Pero el Rey Eterno encarnado en María Santísima había con creadora antelación a la creación misma del hombre fijado en la geografía universal el Nombre y gloria de Su Madre. Y es Génesis 3:15 el enlace bíblico para descifrar el rito diario del sol que avala la promesa divina contra Satanás: "Y Ella te aplastará la cabeza".

El Pueblo del Sol y la ruta del sol
La geografía misma, por tanto, viene a ser testigo de todo lo anterior; y de manera central, con fundamento en el párrafo clave de la Sagrada Escritura que es Génesis 3:15. Este es el párrafo en que después del Pecado Original Dios condena a Satanás con las palabras siguientes:

“Enemistad pondré entre tí y la mujer; y, entre tu descendencia y la suya; y ella te pisará la cabeza mientras tratas tú de morder su talón.”

El recorrido que hemos efectuado partiendo de San Lucas, pasando por Roma, después España hasta México es la ruta del sol que la ilumina todos los días de todos los años de todos los siglos...

Recordemos primero
En "Las Estrellas en el Manto de la Virgen" vimos a la constelación de Serpens Caput en los cielos de dicembre sobre la ciudad de México en su lucha contra la constelación de Virgo; vemos aquí sobre la geografía, como aplasta la Virgen dicha cabeza:

(Para poder constatar los aspectos geográficos del rito diario del sol conviene tener a mano un globo terráqueo, o por lo menos un Atlas Geográfico.) Amanece primero en Jerusalén; ilumina después el sol al Mar Rojo (GMT+2), que con su forma de serpiente representa al condenado, a Satanás. Tiene esta forma de serpiente entre sus fauces a la península del Sinaí con su forma de corazón que representa al corazón del hombre envenenado por él contra Dios. De ahí que Dios haya dado su Ley a Moisés en el Monte Sinaí para iniciar por medio de la Ley la corrección al Pecado Original disponiendo a un pueblo a Su servicio. Las vistas que presentamos son tomas de la NASA desde el espacio.
.
Dos horas después (GMT+1) amanecerá en Roma la capital del Imperio y de Italia, e Italia tiene la forma de una bota pequeña (México es 6 1/2 veces más grande) de pierna entera. Siete horas después de Roma alumbra el sol amaneciendo en la ciudad de México (GMT-6). Y México, con su península alargada de Baja California con forma de tacón completa esa forma como de zapato de mujer que pisa sobre Centroamérica que serpentea. La península de Yucatán se eleva como harían los dedos al pisar con la parte frontal de la planta del pie sobre la serpiente. Recordemos que se trata de formas distintivas, que dan una idea tan clara como la geografía puede darla.

Se aclara el significado de Génesis 3:15. “...mientras tratas de morder su talón.” El versículo bíblico no indica el talón de quien, si el de la mujer o el de su descendencia. ¡Pero la geografía es definitiva! El Mar Rojo se encuentra al sureste del talón de la Botita, la serpiente lista a extenderse hacia el noreste para morder el talón del Niño Jesús. La capital de La Botita, Roma, ciudad sede del Vicario de Cristo contribuye a la demostración ‘geográfica’ de la convergencia de la geografía con Génesis 3:15. ¡Y la razón trascendental del porqué la sede del Vicario de Cristo tiene que estar en Roma! Para confirmar estos hechos recordemos Apocalipsis 21:1 "Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya." El rito diario de ese sol tan preciado por los aztecas a quienes vino la Virgen de Guadalupe, una vez que el Dragón, la Bestia y el Falso Profeta son arrojados al lago de fuego que es el infierno deja de tener sentido como rito y como promesa divina. En otras palabras: una vez concluido el aplastamiento desaparecen junto con el mar que las precisaba el Condenado (Satanás o el Dragón representado por el Mar Rojo); la botita infantil (Italia) el zapato de mamá (México) El dragón que en sus estertores serpentea (Centro América) Eso es lo que nos dice el Apopcalipsis en un sólo párrafo: En Apocalipsis 21:1

Que sea La Mujer quien aplaste la cabeza de la serpiente no requería aclaración, pero fue conveniente la confirmación geográfica; ya que la conjunción ‘y’ en ...entre ti y la mujer ‘y’ entre tu descendencia y la suya... precisaba dos luchas diferentes; una entre la Santísima Virgen y Satanás y la otra entre las descendencias: Entre Jesucristo, el Hijo de La Mujer y las autoridades judías del Templo. Lucha que es el tema fundamental que aclara el Enemistad pondré, hasta el día de la conversión de los judíos. Por tratarse de dos luchas distintas la Santísima Virgen jamás entra al conflicto contra escribas y fariseos, pero su presencia al pie de la Cruz es indispensable y protege realmente a Jesús en la debilidad de su agonía. La lucha en el terreno espiritual fue tremenda hasta la Resurrección triunfal del Señor, triunfo del Cristo Total anunciado en el multicitado versículo.

Roma y México distan siete horas (GMT+1 a GMT-6), como siete son los días de la Creación, de la semana, del Candelabro de las Siete Luces, de los sacramentos, de los principales dones del Espíritu Santo. Como afirma San Agustín en De Trinitate los números tienen una realidad independiente y significado trascendental. Como se admite hoy, las matemáticas son fundamento de la lógica misma, y no al revés. Tres son las Ciudades—sagradas en su distinto momento histórico—que recorre el sol en su rito diario: La ciudad del Padre en Jerusalén, que cayera por su rechazo a la voluntad del Padre al negarse a reconocer a su Hijo (Juan 3:36) fechada con la destrucción del Templo, de Jerusalén, y del Estado Judío el año 70—siete décadas—de la Era Cristiana. Roma, la Ciudad del Hijo. Y ahora, para la Batalla Final de la Historia nos queda la Ciudad de México, la Ciudad del Espíritu Santo por Santa María de Guadalupe. Esta es la única razón concebible para que todo apunte hacia México. Convergencias poderosas en la historia y en la geografía avalando la Biblia, la Sagrada Escritura.

(Continuará)

jueves, 8 de julio de 2010

Y en el Cielo tu Eterno Destino . . .

Con el Dedo de Dios se Escribió.

Para ampliar las imágenes haga clic sobre ellas


Lo que el Dedo de Dios Escribió consta de dos partes claramente diferenciadas:

1.- Lo que escribió en el cielo visto desde la tierra. Esta parte, la astronómica, fue una serie de intuiciones del Pbro. Mario Rojas Sánchez que el Dr. Juan Homero Hernández Illescas desarolló brillantemente como astrónomo entre 1981 y 1995. Obra y desarrollo que ahora se estructuran de manera simplificada con intención claramente apologética.

2.- Lo que escribió sobre la tierra visto en su geografía como desde el cielo en convergencia con la historia, la Sagrada Escritura y la teología, más otros aspectos culturales titulado "Convergencias Poderosas" fue un largo desarrollo mayormente centrado entre 1984 y 1993 por este bloger.

3.- El aspecto histórico-apologético publicado como: "No se puede Tapar el Sol con un Dedo, la divertidísima historia de los antiaparicionistas guadalupanos metidos de historiadores y su fracaso final" (1999); cumple con contestar los ataques a la historicidad de las apariciones; y son, igualmente, responsabilidad de este último.

Las tres partes, en ese orden, siguen a continuación:


I

Para los neófitos en cuestiones der cartografía, ya sea celestial o terrestre, entender el porqué del subtítulo de la imagen "La espléndida reconstrucción de los cielos en la imagen por Homero Hernández I." amerita una explicación llana y sencilla al alcance de todos. La reconstrucción es de una asombrosa precisión como veremos, y parte, obviamente, de un problema que, para entenderlo bien amerita un experimento (mental, si gusta). Y vamos a usar para ello una toronja.

1.- Cómase la mitad y seque con sal.

2.- Escriba por dentro con un plumón sin romperla todo lo que guste.

3.- Aplaste la cáscara de manera que lo escrito quede como estaba.

¡Imposible!

Y el problema que se suscita con las estrellas del manto de la Virgen de Guadalupe es precisamente ese. El manto, al igual que la imagen es plano; mientras que el cielo en donde vemos las estrellas es como la parte de adentro de la toronja; por eso hablamos de la bóveda celeste.

Lo que sabe ahora, sin lugar a dudas, es que para trasladar los datos de cualquier bóveda al plano se requiere de un proceso sacrificial. Algo tiene que ser sacrificado: No es posible conservar las áreas (todo lo escrito junto - equivalencia) y a la vez los ángulos (las líneas rectas). Esto ha dado lugar a tres tipos de proyecciones: Acimutales si conserva los ángulos; equivalentes si conserva las superficies (áreas); y conformes si conserva las formas. Tenemos que elegir entre las tres una a la vez. ¡Demasiado complicado para el común de los mortales!

Haga el mismo experimento con la otra mitad, pero ahora escribiendo y o dibujando con el plumón por fuera de la cáscara. Es igualmente imposible llevarla al plano porque no es posible aplanarla sin destruirla. La parte de afuera de la cáscara nos presenta, afortunadamente, con el problema contrario al que nos plantea la parte de adentro de la cáscara. La superficie externa es convexa y la de adentro es cóncava. Esto implica que podemos corregir una "anomalía" con su contraria, y llegar a conclusiones sólidas sin necesidad de pasar por el plano. Sin necesidad de complicarnos demasiado la vida. ¿Cómo?

Veamos primero el problema planteado por un antiaparicionista en la red, un señor Martín Pereyra (Pereque de apodo) que sin tener los libros de Homero a mano, como el mismo lo admite, presenta los siguientes diagramas arreglados sobre un plano, el de la izquierda con un arreglo similar al manto de la Virgen, el de la derecha como aparecen más ampliamente distribuidos en el cielo. Esto nos obliga a hacer notar la primera parte del engaño, al recordar que las estrellas del manto si están sobre un plano (la imagen de la virgen es bidimensional); pero la bóveda celeste es, por el contrario, como la parte de adentro de la toronja que nos comimos:



"En verdad hace falta tener mucha fe para decir con la cara seria que existe una correspondencia 'exacta' entre el manto de la Virgen y el cielo nocturno. La constelación de Tauro que Hernández Illescas y los que comparten sus ideas dicen que esta en el manto, no aparece en el plano. (Es muy difícil que Tauro y Escorpio salgan al mismo tiempo en el cielo: las dos constelaciones están en regiones opuestas de la eclíptica. Pero puede intentar hacer un plano donde sí salgan." --Lo corrijo Pereque. En el primer caso está comparando gráfica e indebidamente una concavidad (la bóveda celeste) con un plano (una distribución meramente similar a la distribución de las estrellas en el manto). Y en el segundo caso engaña usted: a las cinco de la mañana de 1531 como mostraremos más adelante con la toma correspondiente, y aunque en efecto, en los extremos opuestos de la eclíptica, aparecieron juntas en el cielo de la ciudad de México las primeras tres estrellas de las cuatro de 'Escorpio' que aparecen en el manto ¡y los cuernos completos de Taurus (el Toro)!

Con tan escasa información y erudición a diferencia de un astrónomo competente como Homero Hernández Illescas, el Pereque lo contradice con la forma más tonta de realización. Hela aquí con su explicación:




"Las estrellas están dispuestas en cuadrícula. Que la cuadrícula no sea regular puede explicarse porque el pintor quiso imitar el manto cubriendo el cuerpo de María, y para eso algunas partes de la cuadrícula se deforman. O bien, puede que no exista ningún arreglo particular: el autor de la imagen simplemente quiso distribuir estrellas más o menos uniformemente sobre el manto.


He aquí una de las brillantes soluciones de Homero Hernández Illescas: la compensación de la deformidad provocada por el reflejo en una convexidad con el reflejo de esta en una concavidad:

Si la figura inferior nos permite exclamar "tan grande es María de Guadalupe como el cielo" la sobre corrección de arriba ajusta con la imagen del Tepeyac: "Y tanto más que te permite vestirte con el cielo mismo". Como observa atinadamente en "La Virgen de Guadalupe y las Estrellas" (Con el Pro. Mario Rojas Sánchez y Mons. Enrique R. Salazar Salazar - Edición del Centro de Estudios Guadalupanos - México 1995 de donde escaneamos las imágenes): "No sólo ajustan las estrellas, sino que el rostro de la Virgen queda como en el original, mirando hacia su derecha".

A pesar de ser obvio que un defecto se corrige con su contrario, confírmelo usted mismo buscando reflejarse, en vez de en un espejo (un plano), en un objeto esférico. El más indicado es una esfera ornamental de árbol de Navidad que, rota, le permita verse en la parte cóncava (adentro) al igual que en la de afuera. - En el terreno científico esto no tiene nada de nuevo, no se trata solo de una anamorfosis para efectos artísticos; son las matemáticas usuales de los cartógrafos para hacer mapas, ya que la tierra es como la parte externa de la cáscara, y llevarla al plano, a un mapa, exige el mismo tipo de manipulación numérica que exagerarla hasta el opuesto. Estamos en el terreno de las matemáticas; en el terreno de las ciencias (matemáticas, astronómicas, cartográficas, históricas, Etc.).

Comprensión e incredulidad

Cuando los antiaparicionistas --de los cuales el Pereque es un débil ejemplo-- reprueban como los niños del tercer grado, lo hacen por quedarse en la superficie de lo que debaten. Los embates del Pereque van dirigidos contra la intención de Homero de realizar ajustes y acomodos para demostrar su tesis; cuando el problema de Homero era descubrir la intención divina en el asunto. La respuesta de Homero al Pereque habría sido muy sencilla: No puede haber milagro sin intención. Y para demostrarlo hay una larga cadena de requisitos que cumplen con una intencion de grandeza tal que es, por necesidad, divina.

Metodología

En el terreno de la astronomía el Dr. Homero Hernández Illescas (1935 - 2003) no era un Pereque cualquiera. Sus investigaciones se sustentaban en una larga trayectoria científica con numerosos reconocimientos incluyendo Officier de L´Ordre des Palmes Académiques del gobierno de Francia; y de astrónomo en el observatorio Laplace de la ciudad de México, observatorio de su propiedad registrado internacionalmente.

Lo primero fue contar. Cuarenta y seis son las estrellas del manto, pero de las 1900 visibles a simple vista en ciertos lugares del globo, a las apenas 200 en otros por contaminación luminosa de los grandes centros de población sobraban como mínimo 154. Una edición del Norton Star Atlas que comprendía solo las más brillantes fue el principio de la solución al problema. Segundo: En caso de estar las estrellas del manto agrupadas en constelaciones así discernibles el problema se reducía a su reconocimiento. Además del telescopio dispuso del siguiente aparato:

De este pequeño planetario se vendieron sobre un millón entre 1954 y 1972, principalmente a instituciones educativas. Era la era anterior a la computadora personal y al software que permite hacer casi lo mismo hoy día. Los diagramas siguientes muestran el procedimiento seguido para identificar las constelaciones.


Y otra sorpresa, y nuevo mensaje:

Se encontraron las constelaciones, ¡pero invertidas!

Los cielos pueden verse desde la tierra, pero si vemos los cielos desde más allá, desde los confines del universo, la diferencia está en la inversión de las imágenes. La imagen misma, por la inversión de las imágenes de las constelaciones nos confirma que Ella viene de más allá de las estrellas! Veamos los resultados. Una leve deformación era de esperarse y variando según la forma de proyección. Pero la sorpresa resultó mayúscula, un verdadero certificado de autenticidad del milagro. Veamos primero las imágenes tomadas de la misma obra:



¿A quién se le pudo ocurrir tal cosa?

Pasamos 1) de la dispersión en los cielos de las constelaciones que nos hicieron ver cuan grande es la Virgen de Guadalupe a: 2) El reconocimiento de las constelaciones por el planetario que las identificaron con las del manto "Te cubres con el mismo cielo como tu manto"; 3) Y sin que dejen de ser plenamente identificables las ajustas estéticamente en un equilibrio de simetría y realismo que solo puede ser llamado ¡certificado de autenticidad divina!

¡Esto rompe ya con todas las expectativas!

Para Homero Hernández Illescas, hombre de fe, el asunto era sencillo: 1) Las constelaciones estaban en el cielo. 2) Las constelaciones estaban en el manto de la Virgen. 3) Un añadido más a la autenticidad de las apariciones. Asunto resuelto. Pero al seguir los pasos de la intención recordamos a Chesterton que observaba que la complejidad de una llave identificaba la singularidad de una chapa como única. Los pasos de la intención garantizan que solo un personaje queda identificado por el cielo: Santa María de Guadalupe, Reina, Madre y Señora de los mexicanos.

Pero Homero fue más allá. He aquí otro de los hechos destacados en la obra de mérito, la imagen del cometa Halley el 12 de diciembre de 1531, asunto mencionado en obras autóctonas de la época en relación con el momento de las apariciones de Santa María de Guadalupe:

Las tomas circulares que aparecen a continuación pertenecen a Cartes du Ciel (Sky Charts) programa gratuito para el que lo quiera bajar y corroborar las tomas que presentamos. El perímetro representa el horizonte, y hemos variado la dirección para dejar el este arriba, y presenciar el desfile estelar marchando en dirección nuestra desde el oriente. Lo equivalente a pararnos en México D.F. mirando hacia Veracruz. Para ver bien las imágenes que siguen tiene que hacer clic sobre ellas con el botón izquierdo del ratón. Al aparecer la imagen en ventana distinta hay que hacer clic de nuevo para ampliarla más hasta su nitidez original.

¿Qué nos dicen los cielos?

Sobre estas imágenes un clic para ventana ampliada, y otro para ver mejor los detalles. En la imagen de arriba vemos el momento esperado cada año por los aztecas. El momento más temido y esperado. Se cerraba un ciclo anual. El sol estaba parado en el cielo --el solsticio de invierno. Uno de ellos abriría una nueva era para la humanidad. Cuatro eras anteriores aparecían ya en la Piedra del Sol conocida también como Calendario Azteca. Estaban a la espera del Quinto Sol. Tenía que llegar el momento con Santa María de Guadalupe para que el Nuevo Sol develara su identidad gracias a Su Madre. La Virgen de Guadalupe que aparece encinta anunciando su alumbramiento días después.

Abajo, y con el mismo programa "Cartes du Ciel" tenemos una toma horizontal del momento. Momento que nos informa sobre el cumplimiento mesiánico de Génesis 3:15 enlazado con Génesis 49:9-12: "Cachorro de león es Judá; de la presa, hijo mío, has vuelto; se recuesta, se echa cual león, o cual leona, ¿quién le hará alzar? No se irá de Judá el báculo, el bastón de mando de entre tus piernas. hasta tanto que se le traiga el tributo y a quien rindan homenaje las naciones; el que ata a la vid su borriquillo y a la cepa el pollino de su asna; lava en vino su vestimenta, y en sangre de uvas su sayo; el de los ojos encandilados de vino, el de los dientes blancos de leche". Y es la constelación de Leo el León, la que ha descendido sobre el horizonte. Y para mayores datos: Regulus, el Pequeño Rey en latín como latín es Virgo (La Virgen) que lo lleva en su seno toca tierra sobre el horizonte. En ese momento Su Madre Virgen es presentada en el zenit: María es Corona (coronada) en lo más alto del cielo. Son las 10:40 am, el momento del solsticio, el momento del Nuevo Sol, del Quinto Sol tan esperado por los aztecas.



Y es también el momento de la estampación de la imagen en el ayate de Juan Diego ante un atónito fray Juan de Zumárraga. No lo tendremos tan precisado en el Nican Mopohua, pero concuerda la narrativa en su fijación con el inapelable y cronométrico desplegarse en el cielo.

El ajuste al centro de las constelaciones se logra, como ya vimos, por medio de un espejo cóncavo (que tiene su trato matemático correspondiente) que las deja centradas como en la primera imagen presentada.

El discurso de los cielos con Génesis 3:15 hasta Apocalipsis 12

"Enemistad pondré entre tí y la mujer; y, entre tu descendencia y la suya; y ella te aplastará la cabeza mientras acechas para morder su talón"

Tan importante es este versículo 15 del tercer libro del Génesis
, que lo tenemos inscrito en los cielos y en la tierra. Siempre está Serpens Caput (la "cabeza de la Serpiente") pegada a Corona Borealis" en el combate. En la toma circular de arriba vemos ambas constelaciones cerca del zenit en el momento en que Regulus, el Pequeño Rey de la constelación de Leo toca tierra (el horizonte representado por el perímetro del círculo); zenit que corresponde en exclusiva a la Santísima Trinidad, como que es la parte más elevada de la bóveda del cielo. Luzbel, antes de su caída ocupaba el lugar más cercano al zenit, pero la Encarnación de Cristo da la victoria definitiva a Su Madre. Hay una sola imagen coronada que es la de la Virgen; y la Virgen de Guadalupe, La Mujer Vestida del Sol con la Luna bajo sus Pies de Apocalipsis 12 la vamos a reencontrar aplastándole la cabeza en la geografía que veremos en la parte que sigue, la complementaria que mira del cielo a la tierra. Como vemos solo hay dos contendientes: La Mujer y Satanás. La otra lucha, la lucha entre las descendencias queda en la parte inferior en que se aprecian juntas la constelación de Orión, el ángel de México que pone en alto a Santa María de Guadalupe, y la constelación de los cuernos, Taurus, visible en los "cuernos lunares" sobre los que pisa la Santísima Virgen.

Y en esto tenemos una confirmación adicional: La eclíptica --esa banda imaginaria sobre la que se ajusta el zodiaco y los planetas dándonos una centralidad natural para la imagen-- se encuentra muy distante de Corona Borealis. Pero es gracias a esto que concuerda el momento en que toca Regulus el horizonte con el momento en que Corona está más cerca del zenit.
De aquí la complementariedad indispensable entre los cielos al natural y los cielos ajustados al manto de la Virgen para narrar la historia completa. Veamos el proceso seguido como una serie de instrucciones que estando ahí para ser descubiertas y seguidas nos dejan atónitos ante el discurso divino para presentar, ante el género humano, a Santa María de Guadalupe.

Una intuición que aún sorprende



Este dibujo aparece repetido en la túnica rosa asalmonado de la Virgen. ¿Pero qué es? ¿Es una hoja, es una flor? Ciertamente parece vegetación, pero. . . El experto en todo lo referente a la Cultura Nahuatl, y el mejor que quizá haya tenido México en todo el siglo XX fue el padre Mario Rojas Sánchez. Aún así no es fácil comprender su conclusión: es un símbolo tepetl (cerro).

Los tlacuilos usaban por lo general símbolos muy sencillos para tepetl, algo así:


Pero el P. Rojas estaba convencido, al grado que buscaba ajustar las extrañas figuras a la orografía del Valle de México, un largo esfuerzo sin resultado alguno.

Pero un día, dando una conferencia sobre el ayate de Juan Diego junto con Homero Hernández Illescas se les cayeron del proyector dos láminas transparentes. Una era un mapa de la República y la otra una imagen de la Virgen. Al agacharse a recogerlas Homero se llevó una sorpresa mayúscula, y en vez de levantarlas del piso le gritaba al Padre: ¡Venga a ver esto!
Lo que no concordaba con la orografía del Valle concordó, milagrosamente, ¡con la orografía de la república!
Estas fueron las partes del vestido --sombreadas en negro-- que concordaron con el mapa de la República. La sorpresa fue mayúscula, cuando notaron que hasta las mangas blancas de la blusa coincidían con la nívea blancura del Popocatepetl y el Iztacihuatl, los dos volcanes que enmarcan la ruta que siguió Cortés; el famoso Paso de Cortés.
Más sorprendente fue para ellos la posición de la imagen que quedaba con la cabeza en el Golfo de México y los pies casi en el Océano Pacífico.

Como podemos observar, los dibujos ajustan sobre macizos montañosos. Los macizos, o agrupación de un gran número de tepetls, dan ya sentido a la intuición del Pbro. Rojas cuando observamos los bordes de lo que nos parecían hojas y pueden admitirse como un gran número de cerros es su forma más sencilla y que coloreamos en verde arriba.

Mucho tiempo después se recordaría que los planos medievales estaban "norteados" al este, al igual que los planos autóctonos; los europeos por razón de Jerusalén y el Calvario ponían el este arriba; y los pueblos indígenas por razón del sol. Ambos por razones religiosas coincidían en dar el encabezado al este. La navegación, la Estrella Polar y la brújula
darían, por razones prácticas, un giro de 90º a los mapas actuales. Pero de momento lo único que podría resolver esta etapa en definitiva sería encontrar una concordancia entre las estrellas del manto y los cielos de Anáhuac. Se iniciaba una segunda y difícil etapa de investigación, pero lo que había ajustado milagrosamente daba lugar a confiar que habría cuantos milagros fuesen necesarios. Repasemos las etapas:

1- Una intuición extraordinaria sobre unos extraños dibujos llevan a un curioso ajuste sobre un mapa. Nada deliberado, a nadie se le había ocurrido pensar más allá del Valle de Anáhuac. A nadie se le había ocurrido que había que fijar el plano de la República convencionalmente al norte y la imagen de la Virgen norteada al este. Para el ajuste se requería de un plano a escala 1:1,000,000; y la imagen requería estar proporcionada para ajustar como un mapa sobre otro. Una primera etapa imposible sin un milagro. ¡Pero lo hubo!

2- El otro milagro partió de la asociación de un sacerdote inspirado, que era a la vez el mejor nahuatlato y conocedor de la civilización azteca del siglo XX con un astrónomo competente y genialmente imaginativo antes de que nadie pudiera imaginar que la astronomía habría de jugar papel alguno.

3- El paso siguiente requería de una selección de estrellas, de las constelaciones para el manto únicamente ya que no había forma de ajustar las centrales invisibles sobre el vestido contra algo visible como era el caso con el manto. Era un problema de selección difícil pero técnicamente muy bien resuelto; y tan sorprendentemente preciso, que el lado derecho del manto ajustó con las constelaciones del norte, y el lado izquierdo del mismo con las constelaciones del hemisferio sur. ¡La imagen había concordado la orografía de la República con las constelaciones del cielo como un conjunto de instrucciones a seguir con absoluta exactitud!

4- Como lo fundamental del mensaje está en las constelaciones centrales a la imagen, precisamente las que la imagen no muestra, las estrellas del manto vienen siendo instrucciones conducentes al alineamiento que, como ya vimos, se logró por correcciones más intuitivas que técnicas, pero que la técnica matemática avala.
La solución de Homero con sus 'espejos cóncavos' tuvo la genialidad de no pasar por el plano que ocupa profesionalmente a los cartógrafos. Por el solo hecho de moverse entre los extremos sin alterar las superficies ni las distancias el problema fue tan sencillo como voltear un calcetín; o más familiarmente la cáscara de la toronja con que comenzamos.

¿Más fácil? Ya lo hicimos con la esfera navideña rota: media vuelta y nos reflejamos deformados sobre cóncavo (el manto), otra media vuelta (180º) y quedamos deformados por lo convexo (el cielo). No hemos variado nada de la esfera, solo su orientación.

La parte restante del milagro es todavía más sorprendente: la solución final para un ajuste perfecto rebasó los cálculos para ofrecer un sorprendente equilibrio estético entre la armonía y el realismo que coloca la Imagen del Tepeyac mayormente, ejemplar e indiscutiblemente, paradigmáticamente dentro de lo milagroso.

¡A ver quien va a ser ahora el tarado que siga siendo capaz de insistir en el cuento de la imagen española para engañar a los indios!


Antes de continuar,
y para cumplir con lo ya dicho, presentamos la toma del cielo sobre la ciudad de México a las cinco de la mañana del día doce de diciembre de 1531. En el octante este sur este (E-SE) aparecen las tres primeras estrellas de la cabeza del Escorpión; mientras que abajo, en el octante oeste noroeste (W-NW) aparecen junto a Orión los dos cuernos completos de Taurus.






Apología por las Constelaciones del Centro


"Desde los cielos lucharon las estrellas, desde sus órbitas lucharon contra Sísara"
(Jueces 5:20).

"Porque como el relámpago sale por oriente y brilla hasta occidente, así será la venida del Hijo del hombre."
(Mateo 24:27)


De lo visible a lo invisible

Pasar de lo visible a lo invisible es lo propio de la religión. No nos sorprende, por tanto, que las constelaciones del centro resulten ser un mensaje y una identificación. Veámoslas primero como se ven en la bóveda celeste, carentes aun de la alineación debida a su integración con las estrellas del manto que se logra apelando a su reflejo sobre una concavidad:


Así se vieron en el cielo a las 4:15 de la madrugada ese excepcional 12 de diciembre de 1531. Están completas, y lo suficientemente cerca de una línea vertical como para no dejar duda alguna de su correcta alineación en el diagrama hasta sin ajuste. El desfile estelar de las Constelaciones del Centro se había iniciado apareciendo en el este, en el oriente la constelación que lleva su nombre, Orión, apareciendo a las 18:00 hrs., seis de la tarde del día anterior, día 11 de diciembre de 1531.

La Corona Boreal que vemos en la parte oriental del cielo (arriba) cerrará el desfile desapareciendo tras el horizonte (por el oeste, en la parte de abajo) hasta las 16:40 horas del día 12.

Podemos ver que el creador del programa complicó añadiendo líneas hacia otras estrellas. Para corregir los añadidos inútiles tracé en amarillo las conexiones tradicionales de las que las constelaciones derivan sus nombres: Virgo, es una "V"; algo tan romano como el número cinco, como la primera letra de virgen y de victoria. Gemini, los gemelos, siendo dos estrellas requieren de una sola línea para enlazarlos. Y de aquí sacamos la conclusión más interesante: Los nombres son romanos. Todos anteriores al nacimiento de Cristo. Imposible, por tanto, que hayan sido un invento de españoles del siglo XVI. Las estrellas del manto eran tan solo una forma de llamar la atención hacia las constelaciones centrales, y para una instrucción hacia un alineamiento perfecto concordante con el esplendor final de la imagen como la dejó armonizada el Dr. Homero Hernández Illescas.

Veamos ahora su significado retomando la imagen del principio.



Comenzamos con Corona, la última de la imagen completa en desaparecer tras el horizonte. Estamos ante una reina, pero una reina celestial. La siguiente, Virgo, añade a la información que se trata de una virgen. ¿Pero qué virgen? La respuesta obvia es La Virgen de Guadalupe. ¿Pero cuál, la de Cáceres, la de Fuenterrabía, la de . . .? ¡No! La Virgen de Guadalupe de México. ¿Solo Ella? Sí, solo Ella. ¿Quién lo dice? ¡Los cielos!

Este fue el gran logro del Pbro. Mario Rojas Sánchez y de Homero Hernández Illescas. El primero fue el de las intuiciones geniales que abrían las puertas al investigador; el segundo fue el investigador fecundo en recursos y profesional en sus conclusiones.

Pero no hemos concluido:

LEO, ¿qué puede llevar en su seno una reina virginal y celestial sino a un Rey divino? Arriba ya vimos la profecía de Génesis 49:9-12: El León de Judá, El Rey del nuevo cetro al que rendirán homenaje las naciones; el que ata a la vid su borriquillo y a la cepa el pollino de su asna (en clara alusión profética a la entrada de Cristo en Jerusalén sobre un borriquillo para ser homenajeado como rey el domingo de ramos); profecía que en clara alusión a la Eucaristía y a Su Pasión es descrito como "el que lava en vino su vestimenta, y en sangre de uvas su sayo; el de los ojos encandilados de vino..." Precisando, Jesucristo N.S. se dirige directamente a Su Madre tan solo dos veces; ambas en San Juan, ambas para darle el título mesiánico de Mujer conforme a Génesis 3:15. La primera está en la escena del primer milagro de su vida pública cuando convierte el agua en vino. La segunda con María Sma. al pie de la cruz. Y el enlace entre el vino y la sangre tiene lugar el Jueves Santo con la institución de la Eucaristía: "el que lava en vino su vestimenta, y en sangre de uvas su sayo; el de los ojos encandilados de vino..." (Véase también Apocalipsis 19:13)

GEMINI, Castor y Polux (Grecia) los perfectos hermanos: La perfecta fraternidad de los verdaderos hijos de Santa María de Guadalupe - Además, el imperio Romano y la Civilización Occidental Cristiana que universalizan el Evangelio; y en la imagen sobre las rodillas de la Virgen el soporte universal --por fraternal-- del Evangelio.

Y POR ÚLTIMO, la identidad del ángel que lo sostiene todo en alto para mostrarlo a las naciones: Orión, el gigante cegado por Enopión que recibe la solución a su ceguera del Oráculo de Delfos: "Vete a la orilla del mar y mira hacia el oriente, hacia el sol naciente y recobrarás la vista". México, estás llamado a ser un gigante por la predilección de la Reina vestida del Sol. Vuelve a Ella tus ojos y serás ese gigante al quedar curado de tu ceguera.

FIN DE LA PRIMERA PARTE



II


¿Quién es esta que va subiendo cual aurora naciente, bella como la luna, brillante como el sol, imponente como un ejército en orden de batalla?
(Cantar 6:10)


Contemplad a Mi Madre --dice Jesús-- en el cielo, en la tierra, y por toda la Creación.




El negativo junto al positivo en infrarojo: http://g-infrared.blogspot.com/

Uno solo es el retrato que María Santísima ha dejado entre los hombres. Ella, la de las muchas apariciones ha dejado una sola imagen suya, como una es la Sábana Santa con la imagen de la Pasión. La razón puede ser muy sencilla: Ni en la Salette, ni en Lourdes, ni en Fátima tuvieron sus mensajes una riqueza de contenido que así lo reclamara, y que solo se ha dado en las dos imágenes ajeiropoietas (sobrenaturales). Uno solo es su retrato, y nos obliga a preguntar ¿porqué no se ha seguido en esto el ejemplo puesto con la Sábana Santa de tomar el verdadero rostro de Jesucristo para todas sus imágenes, y aplicarlo en este caso a todas las imágenes de la Santísima Virgen?

La razón parece obvia: sus apariciones han sido tantas desde la de la Virgen del Pilar a Santiago que modificarlas todas tendría una enorme oposición. Pero la singularidad y grandeza de la Santísima Virgen requiere precisarse y difundirse cada vez más. Y esta es razón suficiente para interesarnos en lo que nos informan los grandes videntes. Lo que sigue está tomado de "La Santísima Virgen en los Escritos de María Valtorta" del P. Gabriel M. Roschini O.S.M.

La visión de los ángeles:


"El ángel Azarías le narra a Valtorta lo siguiente: "Cuando el pecado de Lucifer sacudió el orden del Paraíso (celestial) y arrastró al desorden a los espíritus menos fieles, un gran horror nos invadió a todos, como si alguna cosa se hubiese desgarrado, se hubiese destruido, y sin esperanza de verlo resurgir otra vez. En realidad así era. Se había destruido aquella total caridad (venida a menos en los ángeles rebeldes) que antes era la única existente allá arriba, y había sido golpeada por un torbellino del cual brotaban humos pestilentes de infierno. Estaba destruida la absoluta caridad de los ángeles, y había surgido el Odio. Estábamos desconcertados, como en el Cielo se puede estar (es decir en el Paraíso celestial), nosotros (el ángel Azarías y sus compañeros), fieles al Señor, lloramos por el dolor de Dios y por su enojo (expresiones antropomórficas que también se encuentran en la Biblia, por ejemplo Gn 6, 5-8). Lloramos sobre la dañada paz del Paraíso celestial, sobre el orden violado, sobre la fragilidad de los espíritus. Ya no nos sentíamos seguros de ser impecables, a pesar de estar hechos de puro espíritu. Lucifer y sus iguales nos habían demostrado (con su ejemplo) que también un ángel puede pecar y convertirse en demonio. Sentimos que la soberbia podía -estaba latente- desarrollarse en nosotros. Temimos que ninguno, excepto Dios, pudiese resistir a ella pues Lucifer había cedido a ella. Temblamos por estas fuerzas oscuras que pensábamos pudiesen invadirnos y, podría decir, ignorábamos que existiesen, y que brutalmente se nos descubrían. Abatidos, nos preguntábamos, con latidos de luz: "¿Entonces no sirve ser así de puros? ¿En tal caso quién dará a Dios el amor que Él exige y merece, si nosotros también estamos sujetos a pecar?".

En eso estábamos cuando, elevando nuestra reflexión desde el abismo de la desolación hacia la Divinidad, y mirando su Esplendor, con un temor hasta entonces ignorado, contemplamos la segunda Revelación del Pensamiento Eterno (María, que adoró y sirvió a la Encarnación de la Palabra Divina). Si por el conocimiento de la primera revelación (la Encarnación de la Palabra Divina) vino el desorden creado por los soberbios que no quisieron adorar la Palabra Divina, por el conocimiento de la segunda (María que adora y sirve a la Encarnación de la Palabra Divina) regresó a nosotros la paz que se había turbado.

Vimos a María en el Pensamiento Eterno. Verla y alcanzar aquella sabiduría que es consuelo, seguridad y paz, fue una cosa simultánea. Saludamos a nuestra futura Reina con el canto de nuestra luz, y la contemplamos en sus perfecciones gratuitas (los privilegios singulares) y voluntarias (los méritos singulares). iOh! ibelleza de aquel momento (pues se trató de un "momento" fulgurante) en el cual, para consuelo de sus ángeles, el Eterno les presentó la gema de su Amor y de su Poder! Y la vimos tan humilde que por sí sola reparó toda soberbia de criatura (tanto angélica como humana).

Desde entonces fue nuestra Maestra en el no hacer de los dones un instrumento de perdición. No fue su figura corporal, sino su espiritualidad la que nos habló sin palabras, y así fuimos preservados de cualquier pensamiento de soberbia, por haber contemplado por un momento, en el Pensamiento de Dios, a la Humildísima (por esto, también para los ángeles fue instrumento de salvación, porque fueron preservados por Ella de todo pecado de soberbia y confirmados en la caridad).

Por siglos y siglos obramos en la delicadeza de esta brillante revelación. Por siglos y siglos, en el curso de la eternidad, hemos gozado y gozaremos de tener a Aquélla que habíamos contemplado espiritualmente. La Alegría de Dios es nuestra alegría, y nos sumergimos en su Luz para ser saturados de ella y dar alegría y gloria a Aquel que nos ha creado" (Azarías, p. 337-341).



Temporalmente ofrecemos como continuación, y de manera abreviada, una fracción de la segunda parte que comienza con el significado del nombre de Guadalupe en: http://ennombredeguadalupe.blogspot.com